
Por: Debora Lithgow
Red de Ambiente y Sustentabilidad – Instituto de Ecología, A.C.
INECOL; debora.lithgow@inecol.mx
En las últimas décadas, la calidad de vida en las comunidades costeras del Golfo de México se ha visto afectada severamente por eventos extremos y el deterioro ambiental. Una respuesta podría ser invertir en recuperar ecosistemas costeros y marinos. En este sentido, el Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible ha señalado que este tipo de intervenciones provee beneficios equivalentes a cinco veces el valor de la inversión. Por lo tanto, en el Golfo de México, las soluciones basadas en la naturaleza podrían considerarse como una inversión estratégica para favorecer la recuperación, equitativa e inclusiva, tras la pandemia y de frente al Cambio Climático.
Aunado a lo anterior, la década 2021-2030 fue denominada por la ONU como la década de la acción para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En esta década, todos los países firmantes se comprometieron a impulsar estrategias que se conviertan en soluciones a los retos actuales. Uno de estos retos es lograr la gestión del riesgo costero que incluye procesos crónicos, como la erosión de playas, y súbitos como las erosiones e inundaciones asociadas a eventos extremos. Actualmente, la inversión enfocada en disminuir el riesgo costero es considerada una acción prioritaria a nivel global. Para ello, es necesario transitar de medidas reactivas como la ayuda humanitaria después de un desastre hacia soluciones integrales que permitan la reducción de los daños e incrementen la resiliencia tanto de los ecosistemas como de las comunidades. Debido a que la infraestructura de protección tradicional ha demostrado no siempre ser adecuada, otras opciones como la infraestructura verde costera están siendo implementadas.
Las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN), como la infraestructura verde, han ganado fuerza en este siglo porque proveen un abanico de acciones para proteger, manejar y restaurar sistemas, tanto naturales como modificados, que a su vez ayudan a solucionar desafíos sociales (UICN, 2020). Este enfoque podría funcionar en el Golfo de México donde se enfrentan retos ecológicos y sociales simultáneamente que se retroalimentan entre sí. Por ejemplo, la necesidad de: reducir el riesgo de desastres como las inundaciones de 2020, incrementar la capacidad de adaptación de las comunidades costeras a los efectos del Cambio Climático; y disminuir la pérdida de biodiversidad derivada de la degradación de los ecosistemas.
El Golfo de México es una de las regiones más estudiadas del país y se ejecutan esfuerzos de conservación, restauración y monitoreo desde el siglo pasado. La información base, experiencia y capacidad técnica son ventajas que se pueden aprovechar para el co-diseño y co-implementación, con las comunidades, de proyectos SbN. También, al reconocer que la solución de los retos sociales, además de los de conservación, son prioridad de los proyectos a implementar, podría incrementar la disponibilidad a participar e invertir en los mismos (Figura 1).

La crisis de salud actual ha resaltado la importancia de tomar decisiones oportunas basadas en el conocimiento disponible, la importancia del monitoreo cuidadoso y de la capacidad de adaptar las medidas tomadas conforme más evidencia es recabada. Este proceso de identificar, priorizar y actuar rápidamente no es algo nuevo en circunstancias que ponen en riesgo la supervivencia humana inmediata. Sin embargo, las decisiones para resolver otras crisis son mucho más lentas, aunque exista evidencia suficiente de que comprometen nuestra supervivencia a largo plazo (como los efectos del cambio climático). Uno de muchos motivos es nuestra tendencia a ignorar situaciones abrumadoras. Si acompañamos nuestros hallazgos sobre la crisis ambiental actual con propuestas concretas que reconozcan los alcances de esfuerzos a distintas escalas (individuales, comunidad, etc.) podría incrementar la disponibilidad a participar en la co-generación de soluciones.
Referencias
- Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). 2020. Estándar global de la UICN para soluciones basadas en la naturaleza. Primera edición. ISBN: 978-2-8317-2060-9.
Reseña de la autora

Debora es Investigadora de la Re de Ambiente y Sustentabilidad en el INECOL. Antes de ello, fue Investigadora posdoctoral en el Instituto de Ingeniería de la UNAM por tres años y en la Universidad de Sevilla por dos años. Es bióloga egresada de la UAM-X con Maestría en Ecología y Doctorado en Manejo de Recursos Naturales. Su línea de investigación se enfoca en el diseño de estrategias de manejo, con un enfoque basado en ecosistemas, para favorecer la recuperación de la resiliencia de los sistemas costeros y los servicios provistos por los mismos. Por lo anterior, se ha especializado en sistemas de toma de decisiones, restauración e infraestructura verde. En estos temas ha colaborado con diferentes instituciones nacionales e internacionales, tanto gubernamentales como académicas para el diseño de proyectos de manejo y planeación que favorezcan la adaptación de las comunidades costeras a los efectos del Cambio Global.
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