Opresión costera en Veracruz

Por: Marisa Martínez

Instituto de Ecología, A.C., Red de Ecología Funcional. marisa.martinez@inecol.mx

La opresión costera es un proceso en el cual la distribución y permanencia de los ecosistemas costeros se ven amenazadas debido a la combinación de dos fenómenos que ocurren en el océano y en el continente. Por un lado, el incremento en el nivel del mar y la mayor intensidad y frecuencia de tormentas, productos del cambio climático, pueden inducir procesos de erosión crónica, que son acelerados e inusuales. La respuesta esperada frente a la nueva línea de costa, combinada con cambios en la distribución de zonas inundables y la intrusión salina, es la migración tierra adentro de las especies y ecosistemas costeros. Sin embargo, por otro lado, esta migración puede verse interrumpida por la presencia de infraestructura humana (ciudades, carreteras, diques) a lo largo de las costas. Cuando esto ocurre, se dice que existe un proceso de opresión costera. En pocas palabras, los hábitats costeros desaparecen en presencia de la opresión costera (Figura 1). Estudios recientes han revelado que este fenómeno es muy frecuente a nivel mundial, y México no es la excepción.

Figura 1. Cuando ocurre un proceso de opresión costera se pierde el hábitat de los ecosistemas naturales. En la foto se observa que no existe espacio entre el hotel y el océano (Foto: M. Martínez)

Uno de los estados con un creciente riesgo a un proceso de opresión costera es Veracruz. Las costas de Veracruz se extienden a lo largo de 745 km y son de alta relevancia ecológica, social y económica. Contienen una gran diversidad de ecosistemas, que incluyen arrecifes coralinos, pastos marinos, dunas costeras, manglares y lagunas costeras. La población humana y las actividades económicas también son importantes. El 27% de la población estatal (alrededor de dos millones de personas) viven a menos de 20 km de la costa y la quinta parte de las ciudades son costeras. Dos de los puertos comerciales más grandes del país están ubicados en Veracruz y además, el turismo de sol y playa es una actividad económica fuerte.

Recientemente se han hecho estudios para analizar el riesgo que tienen las costas veracruzanas de estar expuestas a una opresión costera. Se exploraron diversos aspectos que pueden inducir la ocurrencia de este fenómeno: a) erosión de la línea de costa; b) riesgo de inundación por incremento en el nivel del mar, así como por tormentas; c) presencia de ciudades y destinos turísticos (Figura 2). Por último, se analizó el efecto que la opresión costera podría tener sobre la distribución de dos especies de plantas que son endémicas de las dunas costeras de México.

Figura 2. La opresión costera es el resultado de varios fenómenos: incremento de intensidad y frecuencia de tormentas; inundaciones y erosión, combinados con alto impacto de las actividades humanas. (Fotos públicas, excepto urbanización: M. Martínez)

Los resultados indican que la erosión en las costas veracruzanas ocurre de manera heterogénea, con zonas de pérdida muy acelerada de línea de costa y otras mucho más estables. Las zonas donde está ocurriendo una erosión acelerada también están expuestas a inundaciones severas y que además coinciden con la presencia de ciudades y destinos turísticos, como son el Puerto de Veracruz y alrededores, Alvarado y Coatzacoalcos. Lo anterior indica que, justamente aquí es donde el riesgo de opresión costera es mayor. Por último, se ha encontrado que la distribución de las dos especies vegetales disminuiría entre el 2 y el 15% para Palafoxia lindenii (clavelillo de arena), y un 6 y 28% en el caso de Chamaecrista chamaecristoides (lenteja de playa) (Figura 3).

          Figura 3. El clavelillo de arena (Palafoxia lindenii) y la lenteja de playa (Chamaecrista chamaecristoides) son dos plantas endémicas de las dunas costeras de México, que pueden verse amenazadas por la opresión costera (Fotos: M. Martínez)

El diagnóstico sobre la opresión costera en Veracruz muestra la necesidad de tomar acciones para contrarrestar este fenómeno. Por ejemplo, el proceso de urbanización debe ser organizado e implementarse sobre zonas adecuadas para ello, que no estén expuestas a las inundaciones ni a la erosión. Es necesario evitar la construcción masiva (y muchas veces innecesaria), de diques y escolleras a la que actualmente se enfrentan las costas veracruzanas y que inducen en muchos casos una erosión crónica. Además, se deben restaurar y rehabilitar los ecosistemas naturales que estén deteriorados, manteniendo, al menos, las especies clave de los ecosistemas. Por último, es recomendable implementar esquemas de protección de las costas basadas en ecosistemas. 

Referencias

  • Martínez, M.L., Mendoza-González, G., Silva-Casarín, R., E. Mendoza-Baldwin. 2014. Land use changes and sea level rise may induce a “coastal squeeze” on the coasts of Veracruz, Mexico. Global Environmental Change 29:180-188.
  • Lithgow, D., Martínez, M.L., Gallego-Fernández, J.B., Silva, R., D.L. Ramírez-Vargas. 2019. Exploring the co-occurrence between coastal squeeze and coastal tourism in a changing climate and its consequences. Tourism Management 74: 43-54.
  • Silva, R., Martínez, M.L., van Tussenbroek, B., Guzmán-Rodríguez, L.O., Mendoza, E., J. López-Portillo. 2020. A framework to manage coastal squeeze. Sustainability 12: 1-20.

Reseña de la autora

Marisa Martínez
Investigadora Titular C, Instituto de Ecología, A.C. (INECOL), Xalapa, Ver. (marisa.martinez@inecol.mx)
Bióloga y Doctora en Ecología y Ciencias Ambientales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Es investigadora en la Red de Ecología Funcional en el Instituto de Ecología A.C., un Centro Público de Investigación perteneciente al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT). Sus estudios se enfocan en ecosistemas costeros, básicamente las playas y dunas costeras, y buscan la comprensión de procesos ecológicos, la restauración, así como el análisis de los servicios ecosistémicos que aportan la sociedad, tal como la protección contra el impacto de tormentas basada en ecosistemas. Ha publicado una centena de artículos científicos, 16 libros y 20 capítulos de libro. Participa en el proyecto CEMIE-Océano, donde es la responsable de la coordinación del proyecto Ecología e Integración con el Ambiente, que tiene por objetivo mitigar los posibles efectos en el ambiente que puede llegar a tener la generación de energía eléctrica a partir del océano. 

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