El proceso de conversión de selvas a la agricultura y la integridad ecológica

Por: Miguel Martínez Ramos

Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad. mmartinez@cieco.unam.mx

La Selva Lacandona es uno los bloques de bosque tropical húmedo de mayor biodiversidad en Mesoamérica. Aquí, hace más de mil años, la civilización maya desarrolló sistemas agrícolas que mantenían a poblaciones grandes, de más de 50,000 personas, viviendo en el entorno de ciudades ceremoniales. Se piensa que una deforestación extensa y una sobre-explotación agrícola de los suelos condujo a la degradación ecológica, a la falta de alimentos y al abandono de las ciudades. Siglos más tarde, sin embargo, la selva se regeneró naturalmente en los sitios abandonados, llegando a albergar nuevamente una extraordinaria biodiversidad (Figura 1).

Figura 1. Fotos (2017) de selva en la región Selva Lacandona, sureste de México. A la izquierda pirámide Maya cubierta por la vegetación selvática. A la derecha, vista cercana a la vegetación de selva con un magnífico árbol del árbol localmente llamado Ramón (Brosimum alicastrum, Moracea).

Durante los años setenta y ochenta del siglo pasado, el gobierno de México repartió terrenos de la Selva Lacandona, específicamente en la región de Marqués de Comillas, a familias provenientes de diferentes estados de la República Mexicana. Con ello se inició una nueva ola de conversión de selvas a la agricultura. La conversión contemporánea se realiza con herramientas tecnológicas y formas agrícolas que los Mayas no tenían, tales como agroquímicos, maquinaria pesada, ganadería y uso de monocultivos extensos de plantas perennes (incluida la palma aceitera africana). En menos de 50 años, la cobertura de selva en la región se ha reducido a un 30% de su extensión histórica (Figura 2). Además, en los sitios con un suelo pobre, donde se practica la ganadería extensiva y se hace uso frecuente del fuego y agroquímicos la integridad del ecosistema se encuentra rota. Estas tierras degradadas son infestadas por unas cuantas especies de malezas agresivas, que impiden la producción agricultura y el proceso de regeneración natural y sucesión secundaria de la selva.

Figura 2. Arriba, un paisaje de la Selva Lacandona mostrando, a la izquierda del río Lacantún, a la Reserva de la Biosfera de Montes Azules y, a la derecha del río, a la región de Marqués de Comillas. Abajo, la selva (verde oscuro) en Marqués de Comillas se ha ido reduciendo rápidamente desde la colonización humana, como lo ilustran estas dos imágenes de satélite (Google Earth©) obtenidas 14 y 44 años después de los primeros establecimientos humanos. Imágenes proporcionadas por Esteban Martínez.

Procesos como este se repiten en los trópicos de todo el planeta, lo que está generado una gran pérdida de biodiversidad a nivel global y degradando múltiples contribuciones de la naturaleza al bienestar humano. La población mundial sigue creciendo rápido y pronto alcanzará 8,000 millones de personas. Esta población en expansión demanda enormes cantidades de alimentos agrícolas. Así, la humanidad enfrenta el gran problema de cómo conservar y restaurar las valiosas selvas bajo la presión creciente ejercida por el avance de la frontera agrícola.

Estudiantes e investigadores hemos llevado a cabo estudios de ecología de selvas en Marqués de Comillas, explorando formas de conciliar la conservación con la producción agrícola (Martínez-Ramos et al. 2016). Encontramos que cuando las prácticas agrícolas son de escala pequeña (< 2 hectáreas), no utilizan agroquímicos, maquinaria pesada, ni fuego y mantienen árboles nativos, la selva puede regenerase tras el abandono de los campos agrícolas. Prácticas como las milpas tradicionales y los sistemas agroforestales ejemplifican este tipo de manejo. Cuando los prácticas agrícolas son extensas (> 10 ha) y hacen uso frecuente de agroquímicos, fuego y maquinaria, dejando escasa o ninguna cobertura de árboles, el suelo tiende a degradarse e infestarse por malezas. La ganadería extensiva en suelos pobres ejemplifica este tipo de manejo. Además, nuestros estudios y otros (Banks-Laite et al. 2015) muestran que es posible tener altos niveles de biodiversidad, conservando la integridad del ecosistema de selva y sus comunidades bióticas, cuando en el paisaje se mantiene al menos 40% de cobertura de selva. Si la deforestación va más allá de este umbral crítico (> 60%), se pierde la integridad del ecosistema, lo que se manifiesta con un colapso de especies nativas en el paisaje (Figura 3), posiblemente resultante de procesos de efecto cascada. Como complemento al valor para la conservación, estos “paisajes agroforestales”, combinados con un manejo agroforestal y agropecuario de bajo impacto, pueden aportar una amplia gama de productos forestales, además de proveer  funciones y servicios ecosistémicos que son importantes para la regulación del clima, el mantenimiento de la fertilidad del suelo, el control de plagas agrícolas, el suministro de polinización biótica para cultivos y la conservación de fuentes de agua dulce, entre otros muchos beneficios para el bienestar humano.

Figura 3. Pérdida de integridad de comunidades biológicas (PICB) en paisajes sujetos a actividades agropecuarias. (a) La PICB se expresa como la disminución de especies arbóreas a medida que se reduce la cobertura de selvas en el paisaje en Marqués de Comillas (de G. Wies et al., en revisión). (b) La PICB se mide con la pérdida de la similitud en la composición de especies de vertebrados (anfibios, reptiles, aves, mamíferos) entre paisajes en deforestación y la selva continua (100% de cobertura; de Banks-Laite et al. 2014) en la región de Bosque Atlántico en Brasil. En ambos casos, la banda vertical indica umbrales de cobertura de selva por encima de los cuales se puede mantener la integridad del ecosistema de selva. Menos cobertura que los umbrales lleva a un proceso de perdida de especies en cascada y al colapso del ecosistema y su biodiversidad.

Los estudios realizados hasta ahora en Marqués de Comillas muestran cómo la integridad del ecosistema de selva se ve afectada, a nivel de parcela y de paisaje, por las prácticas agropecuarias. Con un programa de investigación de reciente creación (denominado BIOPAS), ahora apuntamos a entender los procesos y mecanismos ecológicos que subyacen a estos efectos, a través de estudios de poblaciones y comunidades de plantas y animales, de la estructura funcional y filogenéticas de ensamblajes bióticos y de redes complejas de interacción biótica. Finalmente, queremos entender las consecuencias de la perdida de la integridad del ecosistema sobre los aportes de la selva al bienestar de las comunidades locales.

Referencias

Banks-Leite, C. et al. 2014. Using ecological thresholds to evaluate the costs and benefits of set-asides in a biodiversity hotspot. Science 345: 1041–1045.

Martínez-Ramos M, A. Pingarroni, J. Rodríguez-Velázquez, L. Toledo-Chelala, I. Zermeño-Hernández, F. Bongers. 2016. Natural forest regeneration and ecological restoration in human-modified tropical landscapes. Biotropica 48: 745–757.

Wies, G., N.S. Arzeta, M. Martínez-Ramos.  Assessing ecological thresholds and the implications for conservation in Human Modified Tropical Landscapes. Biological Conservation (en revisión).

Reseña del autor

El Dr. Miguel Martínez Ramos es Biólogo y Doctor en Ecología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).  Es investigador titular del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, UNAM. Ha sido Bullard Fellow por la Universidad de Harvard, Presidente de la Association for Tropical Biology and Conservation, Presidente de la Sociedad Botánica de México, Presidente de la Sociedad Científica Mexicana de Ecología (SCME), Premio Estatal de Ciencia y Tecnología otorgado por el COECyT Michoacán y el Estado de Michoacán y actualmente es Investigador Nacional nivel III del Sistema Nacional de Investigadores y Vicepresidente de la SCME. Tiene amplia experiencia en investigación sobre ecología de selvas y en ecología de poblaciones y comunidades, abarcando temas de demografía de plantas, dinámica de poblaciones y comunidades vegetales y animales, mecanismos de coexistencia de especies, evolución de historias de vida, sucesión ecológica, manejo sostenible de productores forestales, regeneración y restauración de bosques tropicales y dinámica de sistemas socio-ecológicos en paisajes modificados por actividades humanas.

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