
Por: Martín Martínez Salvador
Profesor de la Facultad de Zootecnia y Ecología. Universidad Autónoma de Chihuahua. msalvador@uach.mx
Poco más de una tercera parte de la población mundial habita en ecosistemas de bosques y selvas, mientras que el 100% de la población gozamos de manera directa o indirecta de los productos y servicios que producen estos ecosistemas (Figura 1), por lo que la conservación de los bosques es un asunto de interés global (Martínez-Salvador et al., 2019). En los últimos 30 años México han establecido compromisos internacionales encaminados a lograr el desarrollo sustentable (Pinedo-Álvarez et al., 2017). Entre los principales compromisos para la conservación de los bosques están el Proceso de Montreal, el Protocolo de Kyoto y la operación de los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible. En las líneas de acción de estos procesos se destaca el respeto por las costumbres y culturas, la erradicación de la pobreza, el respeto a los derechos humanos y la conservación de la naturaleza. Estos preceptos de política internacional solo podrán ser cumplidos si las estrategias de convivencia hombre-naturaleza funcionan a nivel local.


Entre los años 1950 y 1990 la política nacional de manejo forestal estuvo controlada por las decisiones del estado y la federación (Martínez et al., 2019). Posteriormente de 1990 al 2000, en la Sierra de Chihuahua, el aprovechamiento forestal fue controlado por los industriales y comercializadores de maderas. En los últimos 20 años se ha iniciado un proceso de reconversión de la actividad silvícola que intenta ser aplicada con base en las decisiones e involucramiento de los dueños de los bosques. Esta nueva silvicultura es la llamada “Silvicultura Comunitaria”, la cual se ha fortalecido, además, por los procesos políticos de organización social vinculadas con los principios de gobernanza ambiental.
El ejido Caborachi está localizado a 23 kilómetros de la ciudad de Guachochi, Chihuahua, sobre la carretera federal a Parral en la parte alta de la Sierra Tarahumara. En 1954, la comunidad fue dotada de una superficie de 27, 997 ha de bosques templados. El ejido está integrado por 421 ejidatarios, 387 hombres y 34 mujeres. Esta comunidad está conformada mayoritariamente por población indígena de la etnia Tarahumara, también llamada Rarámuri (Rara “Pie”, Muri “Corredor) (Figura 2). Esta nota es un reconocimiento al esfuerzo que los habitantes de esta comunidad indígena han realizado para retomar el control y conservación de sus recursos con base en su cosmovisión, la cual eleva por sobre todas las decisiones el respeto a la naturaleza y por convertirse un ejemplo exitoso de silvicultura comunitaria.

Los usos y costumbres de la comunidad indígena Tarahumara están íntimamente relacionados con la protección y conservación de los recursos naturales (Agua-Suelo-Plantas-Animales), con respeto a lo que la Madre Tierra y el Padre Dios proveen (Guerrero et al., 2000). El sistema de aprovechamiento del bosque de acuerdo con la visión de la comunidad indígena se basa en un tema de saneamiento y protección del ecosistema procurando conservar la complejidad del paisaje. Esta visión no contraviene las propuestas de desarrollo sustentable; sin embargo, la globalización de los mercados, las formas de comercialización y la propia legislación, constantemente están en contra de los intereses de los dueños de los bosques. Ante esto, la comunidad y ejido Caborachi han desarrollado un sistema de organización que involucra la participación de todos sus miembros a través de un sistema de gobierno llamado “Consejo Consultivo”, el cual fue creado en el año 2013 y está formado por un presidente, un secretario, un tesorero, un promotor forestal comunitario que vincula a la comunidad con las dependencias del estado y la federación, un técnico forestal que elabora el programa de manejo con base en la regulación actual y la teoría silvícola, el comisariado ejidal, los gobernadores indígenas y una persona representante de cada localidad que se encuentra dentro del territorio de los bosques de Caborachi. Este consejo plural opera bajo un reglamento específico que garantiza la voz y voto de todos sus participantes. De esta manera han encontrado un camino armónico para el manejo de sus recursos naturales, el respeto de los usos y costumbres, la promoción de sus tradiciones y el acompañamiento para el logro de las aspiraciones de sus habitantes (Figura 3).
Actualmente el Ejido Caborachi cuenta con certificaciones internacionales de buen manejo de sus bosques y de cadena de custodia por parte de Forest Stewardship Council. El objetivo principal de la silvicultura comunitaria se refiere al acceso de los dueños de los recursos al uso y manejo de sus bienes, así como a la toma de decisiones. Este objetivo no está desvinculado de las aspiraciones de los tratados nacionales e internacionales para la protección del ambiente. El ejemplo del ejido Caborachi muestra que la organización incluyente para la producción forestal es una alternativa viable para caminar hacia el uso y manejo pacífico y equitativo de los ecosistemas forestales.
Referencias
- Martínez Salvador, M., Sosa Pérez, G., Chacón Sotelo, J. M., Pinedo Álvarez, A., Villarreal Guerrero, F. and Prieto Amparan, J. A. (2019). El monitoreo forestal por medio de Sitios Permanentes de Investigación Silvícola en Chihuahua, México. Revista mexicana de ciencias forestales, 10(55), 56-78.
- Pinedo-Álvarez, C., Chacón-Chumacero, K. O., Pinedo-Álvarez, A., Martínez-Salvador, M., Rentería-Villalobos, M., Santellano-Estrada, E., and Rodríguez-Piñeros, S. (2017). Using Social, Economic and Land-Use Indices to Build a Local Sustainability Index in a Mining Region of the Sierra Tarahumara, Mexico. Resources, 6(3), 42.
- Guerrero, M. T., Reed, C., y Vegter, B. (2000). La industria forestal y los recursos naturales en la Sierra Madre de Chihuahua: impactos sociales, económicos y ecológicos. México: Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, AC & Texas Center for Policy Studies.
Reseña del autor

El Dr. Martín Martínez Salvador es ingeniero en zonas áridas y maestro en ciencias forestales por la Universidad Autónoma Chapingo, doctorado en Uso, manejo y preservación de los recursos naturales por el CIBNOR y posdoctorado en ecología por Oregon State University. Ha publicado más de 60 artículos científicos y 4 libros técnicos, ha participado en diversos comités técnicos y de investigación nacionales e internacionales en temas de manejo de ecosistemas forestales, ha sido galardonado con los premios de ciencia y tecnología en Durango en 2008 y Chihuahua en el año 2012. Fungió como líder del Programa Nacional de Investigación en Manejo Forestal Sustentable y Servicios Ambientales del INIFAP, es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y profesor de tiempo completo en la Facultad de Zootecnia y Ecología de la universidad Autónoma de Chihuahua.